domingo, 1 de junio de 2008

XIII

Retorna una querella
Un insulto una afrenta
La vida no es vida,
Muerte tampoco
Interesante madeja
La de los inciertos años
Me lanzo al ocaso
A verme, a desintegrarme:
Estallarán los ojos,
Se ahogará la mente en su propia lava
Cansado aunque joven
Batallo, batallo
Aunque se abran las arterias en canal
Batallo, batallo
Aunque ya me estén velando,
Aunque giman las luciérnagas
Retorna, retorna la querella
Que hace rato inicié contra la Muerte
Por eso
Vuelven imagen y escapulario
Vuelven ángeles y oraciones
Y vivo
Enfermo o no
Subo y bajo
Y me mantengo así, en suspenso...
Recuerdo
Ese cuadro de la infancia:
El médico alejando de la doncella
A la horrible calavera
Escribo, divago
A veces, a veces,
Logro cierta reconciliación
Me tranquilizo escribiendo:
Una hora menos de vida
Pero más de inmortalidad.

A veces, pocas veces por fortuna
No es tal, y avanzo
Ciego hacia el final
Sin retorno
Y grito
¡Me muero!
Cada día es un pedacito de tumba
Cada palabra un poco de silencio.
¡Horror!
¿Estaré solo dicha hora?
¿Saldré al encuentro o buscaré esconderme?
¿Qué será de estos mis recuerdos que dizque fueron vida?
A veces, la minoría de las veces,
Ni siquiera me lamento
Y sólo atino a crear:
Sin orden sin forma sin esquema
Por el puro placer de hacer,
La simple satisfacción de la revancha.


David Alberto Campos V, Umbra et Imago, 2007

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