domingo, 1 de junio de 2008

V

Gruesas columnas
No me sostienen
Allende la roca el sí de las luciérnagas
Bracea mi alma como arena
Se hunden centauro y catedrales
Estalla el lamento
Siento que batallo
Desconozco el qué, el cómo
Ignoro alfa y omega
No sé con quién me bato
Eso que llaman Yo se desintegra
Mi vida es vuestra vida
Es fragmentos, retazos
Un ojo siempre ansioso
Una boca anhelante
Unas manos esforzadas
Viajes rima ideología
Señales duda visiones
La nieve como los cuchillos
Los volcanes como el sueño
Pradera edificios selva
Mis amigos muertos
Mis resurrecciones
Pintor ya sé de dónde
Llueve, y caminan los minutos
Me sonríen árbol y calavera
Conciliábulo de espejos
Convergen tánatos y poesía
Se quiebran los espejos de la sinfonía
Polisemia es nuestra figura triste
La primavera ha muerto
Pero persiste la esperanza
El guerrero corazón nuestra memoria
Se desmoronan los palacios
Estridentemente, paulatinamente
Harto de música y maná
Mi ángel de la guarda se suicida
Se ahogan musa y ángel
Y ya no sé si avanzo
Ni siquiera veo
A dónde va nuestra palabra
Colores y violines son ahora interrogante
Pero creo, me sostengo, avanzo
Ya no veo
Más allá del tablero
Pero insisto:
Ser libre
Es superar el cataclismo.


David Alberto Campos V, Umbra et Imago, 2008

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